La proteína en polvo es un suplemento dietético muy popular entre los deportistas y las personas que buscan aumentar su ingesta de proteínas. Pero ¿alguna vez te has preguntado cómo se elabora la proteína en polvo?
La proteína en polvo se obtiene de fuentes proteicas como suero, caseína, soja, guisantes, arroz, entre otras. El proceso de fabricación de proteína en polvo comienza con la extracción de la proteína de la fuente original. Por ejemplo, en el caso del suero, se utiliza un proceso de ultrafiltración para separar las proteínas del suero de la leche.
Una vez obtenida la proteína en su forma pura, se somete a un proceso de secado para convertirla en polvo. Este proceso de secado se puede realizar de diferentes formas, como atomización por aspersión, liofilización o secado en lecho fluidizado.
Tras el proceso de secado, la proteína en polvo se somete a un proceso de filtración para eliminar cualquier impureza o residuo que pueda quedar. Una vez que se completa este proceso, la proteína en polvo se empaqueta y etiqueta para su distribución.
Es importante tener en cuenta que el contenido nutricional de la proteína en polvo puede variar según la fuente de proteína utilizada y el proceso de fabricación. Algunas proteínas en polvo pueden contener aditivos, edulcorantes o saborizantes, por lo que es importante leer la etiqueta del producto para conocer su composición.
En resumen, la proteína en polvo se obtiene de fuentes proteicas como suero, caseína, soja, guisantes, arroz, entre otras, mediante un proceso de extracción, secado, filtración y envasado. Es importante elegir una proteína en polvo de calidad para garantizar su eficacia y seguridad. ¡Ahora ya sabes cómo se elabora la proteína en polvo!